
Cada signo que portamos representa mucho más que un simple objeto; son expresiones vivas de nuestra identidad, nuestra historia compartida y nuestra fe en el camino que recorremos como AFJM.
La bandera, llevada con profundo respeto, representa a Bolivia, nuestra tierra, nuestra gente. Pero más allá del símbolo patrio, la alzamos como un signo de esperanza: esperanza en una juventud comprometida, en un país que puede transformarse desde el amor, la unidad y el servicio. Es el recordatorio de que, desde cada rincón del país, podemos ser semillas de luz y renovación.
Santa Claudina , es nuestro ejemplo a seguir. Caminamos tomados de su mano, inspirados por su vida de entrega total, de amor incondicional y de fe inquebrantable. En su testimonio encontramos el camino para vivir con generosidad, con esperanza, y con un corazón siempre dispuesto al servicio. Confiamos en que ella nos guía en cada paso que damos y que, desde su presencia amorosa, nos da la fortaleza necesaria para continuar el legado que nos dejó: construir una familia donde los más pequeños, los más frágiles y los más olvidados sean siempre acogidos y amados.
Nuestro caminar de occidente a oriente no es casual: es una forma de abrazar la totalidad de nuestro país, tendiendo puentes, uniendo culturas, sanando divisiones. Es signo del movimiento del Espíritu que nos impulsa a salir, a no quedarnos quietos, a llevar el mensaje de Cristo más allá de nuestras fronteras cómodas.
Sabemos que los castillos no se construyen en un día, porque el Reino de Dios se edifica con paciencia, con entrega constante, con la confianza de que cada pequeño gesto suma. Caminamos con la certeza de que este proceso requiere tiempo, pero que vale cada esfuerzo porque está sostenido por el amor.
Y finalmente, las velas que llevamos encendidas no son sólo luz: son símbolo de fe, de la presencia de Dios que nos acompaña, incluso cuando todo parece oscuro. Son también reflejo de nuestra vocación: ser luz en medio del mundo, mantener viva la llama del Evangelio allí donde hay necesidad, duda o tristeza.
Así, cada signo que portamos es una declaración de quiénes somos y hacia dónde vamos. Como familia AFJM Bolivia, llevamos en alto estos símbolos sabiendo que nos comprometen, nos unen y nos llaman a ser portadores de esperanza, de luz y de vida en cada rincón de nuestra tierra.
¡Muchas gracias por construir puentes y crear familia!
Y nosotros, ¿cómo podemos ser portadores de esperanza, de luz y de vida en nuestro contexto?